viernes, 9 de septiembre de 2011

El Dragón Nídhöggr

Para darle tanta importancia cultural este conocimiento sólo podrían tenerlo quienes entraron al Sistema Solar desde el espacio exterior.

En las lejanías del Sol, el campo magnético del Sol se compacta. Cuando el campo magnético se compacta tanto, las líneas magnéticas se entrecruzan y reconectan; la reconección magnética es tan energética como las llamaradas solares.

Los pliegues compactados se reorganizan a sí mismos, a veces de forma explosiva, por lo que crean espuma de burbujas magnéticas.

Esta región es denominada por la ciencia como "la heliofunda" que es la frontera entre el Sistema Solar y el resto de la Vía Láctea, por la que miles de objetos y cuerpos tratan de introducirse, pero se encuentran con una barrera violenta de burbujas magnéticas.

La relevancia del hallazgo se relaciona con la importancia de entender la estructura del campo magnético solar, pues esto permitiría a los científicos explicar cómo los rayos cósmicos galácticos entran a nuestro sistema solar e influyen en cómo interactuará el Sol y las estrellas con el resto de la galaxia.

Las burbujas magnéticas podrían considerarse como un escudo muy poroso que permitiría a muchos rayos cósmicos introducirse en nuestro Sistema. Pero, por otra parte, los rayos cósmicos podrían quedar atrapados dentro de las burbujas lo cual sería un escudo mucho más poderoso.

Según el físico Jim Drake de la Universidad de Maryland e investigador del equipo Voyager.

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